Hacia mitad del siglo XVI el principal y mayor centro de producción yerbatera se encontraba en cercanías de la cordillera de Mbaracayu.
La Argentina era uno de los grandes demandantes de la yerba paraguaya. Las yerbateras daba trabajo a miles de personas, originalmente era los indígenas quienes pasaban meses en las selvas en condiciones tipo esclavizados. Su explotación ha tenido momentos obscuros en la época.